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Resulta curioso que una de las mejores películas del cine español de todos los tiempos sea una coproducción entre España, Suiza y Alemania, que su director sea húngaro y que tenga un reparto casi foráneo en su totalidad. Más allá de averiguaciones sobre su nacionalidad, lo importante es que este film logra transmitir grandes emociones. Primero la impotencia. La impotencia que sentiría cualquier persona inocente al verse en el pellejo de ese pobre vendedor ambulante al que señalan injustamente como el culpable de un atroz asesinato, el asesinato de una niña. Y después la inquietud. Inquietud porque el despiadado asesino aún anda suelto y ya le ha echado el ojo a otra.
Sobriedad de estilo, gran manejo del suspense y una muy buena interpretación por parte de su actor principal, el alemán Heinz Rühmann, son algunas de sus mejores bazas desde el punto de vista formal. En cuanto a la historia, y aunque en la película no se cuestiona, siempre me llamó la atención el método empleado por su protagonista para dar caza al asesino. ¿Creen que el fin justifica los medios?, ¿dónde está el límite de lo prudente en una investigación criminal? La disyuntiva moral estaría servida.
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El título que le pusimos aquí en España, El Cebo, estaría muy bien elegido si de resumir la película en una sola palabra se tratara. Lo que sucede es que nos da demasiada información: ¡desvela el plan del comisario para atrapar al asesino! Yo habría preferido la traducción del título original, que venía a decir algo así como "Sucedió a plena luz del día"... Y es que, a pesar de ser ésta una película bastante negra es, al mismo tiempo, muy clara y diáfana, muy luminosa. Quizá sea esa una de las diferencias más apreciables que surgen al compararla con el film noir americano: su gran luminosidad en contraste con la negrura y sombras de aquél. Aquí todo sucede a las claras del día.
Por cierto, me encanta el cartel de la película. Ese enigmático dibujo de la maltrecha niña es fascinante; tiene algo misterioso, trágico, que te impide despegar la mirada del trozo de papel.
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Y para los que aún no la hayan visto aquí tienen el tráiler:
Su banda sonora, obra del compositor italiano
Bruno Canfora, es ya todo un clásico del suspense.