Mostrando entradas con la etiqueta nostalgia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta nostalgia. Mostrar todas las entradas

martes, 21 de diciembre de 2010

¡Feliz Dulce Navidad!




¿A quién puede importarle que la Navidad no sea en realidad tan blanca, dulce y divertida como cuentan las canciones si podemos volver a disfrutar de momentos como este?:





"A Marshmallow World" (F. Sinatra y D. Martin)

It's a marshmallow world in the winter
When the snow comes to cover the ground
It's the time for play, it's a whipped cream day
I wait for it the whole year round.

Those are marshmallow clouds being friendly
In the arms of the evergreen trees
And the sun is red like a pumpkin head
It's shining so your nose wont freeze.

The world is your snowball, see how it grows
Thats how it goes whenever it snows
The world is your snowball just for a song
Get out and roll it along

It's a yum-yummy world made for sweethearts
Take a walk with your favorite girl
It's a sugar date, what if spring is late
In winter it's a marshmallow world.


¡Pero si es que tengo que ser nostálgico a la fuerza! ¿Existe acaso algo parecido a esto en nuestra televisión? Me temo que no.



A la vuelta de unos días, y ya arrastrando algunos cientos de gramos más, continuamos por donde lo dejamos: las entradas del concurso. Ahora, disfruten de su tiempo libre, quien lo tenga, y sean muy felices. Nos vemos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Por los viejos tiempos




Parece que el gusto o la añoranza por lo clásico ─o lo no tan clásico sino más bien por el tiempo pasado, nuestro tiempo pasado─ nunca decaerá. Está claro que no podemos quedarnos anclados en aquellos maravillosos años de nuestra adolescencia o juventud, pero a veces gusta recordarlos con cierta nostalgia. A mí al menos me sucede. Esta lluviosa mañana de domingo me acordé de Loquillo y su John Milner, una canción a la que en su día presté poca atención pero que cada vez me gusta más. Me estaré haciendo mayor.



miércoles, 7 de octubre de 2009

Hora de hacer justicia

Vaya en reconocimiento a estos cinco grandes olvidados de mi infancia, todos ellos obra de la Hanna-Barbera Productions, pioneros en la creación de dibujos animados para televisión:


El Oso Yogi


Los Autos Locos


Leoncio el León y Tristón


Magilla Gorilla


La Hormiga Atómica


(Los Picapiedra y Scooby-Doo siempre gozaron de mayor fama...)


Cerrando esta escueta entrada y por seguir haciendo memoria, aquí os dejo una bonita balada -en cristalina versión directo- del gran y polifacético Phil Collins, últimamente bastante inactivo, dicho sea de paso:


miércoles, 26 de agosto de 2009

Cheers

¿Por qué ya no se hacen series y sintonías como las de antes? Tal vez peque de nostálgico, pero creo que había algo grande en esa serie. Aquel grupo de peculiares clientes reunidos en torno a la barra de ese acogedor bar llegó a convertirse como de la familia para mucha gente. Sus éxitos, sus fracasos, sus alegrías y sus tristezas eran las nuestras durante el tiempo que duraba cada episodio. Entrañable.



En esta serie debutaba el tejano Woody Harrelson a la edad de 24 años (un actor que me cae bastante simpático, dicho sea de paso), en un papel que le reportaría un Emmy (año 1989), entre otros premios.




Y aquí tienen el exterior del famoso Cheers Bar a día de hoy de la mano de esa poderosa herramienta que es Google Maps (el interior del local no se corresponde con lo que veíamos en la serie).

Confluencia de las calles Beacon y Brimmer, Boston (USA). Pueden darse una vuelta por la zona ;-) ...Lo que habría dado yo por tomarme unas birras en aquella barra...



Ver mapa más grande


Cheers!

sábado, 16 de mayo de 2009

Bajo una estrella errante

Hoy me levanté con el ánimo de un lonely cowboy. No sé muy bien por qué, pero la cuestión es que la voz ronca de Lee Marvin no deja de canturrear a mi oído esa gran balada titulada "Wand'rin' Star".

La canción la descubriría hace un buen puñado de años en un programa radiofónico que, de una forma muy personal y visceral, conducía el gran Carlos Pumares. Me refiero a Polvo de Estrellas, uno de los primeros y principales forjadores de mi afición por el cine.

La película donde se incluye el tema, La Leyenda de la Ciudad sin Nombre, es una curiosa mezcla de comedia, musical y western que bien merece la pena ver. Dirige Joshua Logan (Picnic, Bus Stop). Acompañando a Lee Marvin, el amigo Clint Eastwood y la enigmática Jean Seberg.

Aquí tienen la canción que relegaría al famoso "Let it be" de The Beatles al segundo puesto de las listas británicas en el año 1970. Tanto música como letra, antológicas:




"Wand'rin' Star (Lee Marvin)"

I was born under a wandrin' star
I was born under a wandrin' star
Wheels are made for rolling, mules are made to pack
I've never seen a sight that didn't look better looking back
I was born under a wandrin' star

Mud can make you prisoner and the plains can bake you dry
Snow can burn your eyes, but only people make you cry
Home is made for coming from, for dreams of going to
Which with any luck will never come true
I was born under a wandrin' star
I was born under a wandrin' star

Do I know where hell is, hell is in hello
Heaven is goodbye forever, it's time for me to go
I was born under a wandrin' star
A wandrin' wandrin' star

(Mud can make you prisoner and the plains can bake you dry)
(Snow can burn your eyes, but only people make you cry)
(Home is made for coming from, for dreams of going to)
(Which with any luck will never come true)
(I was born under a wandrin' star)
(I was born under a wandrin' star)

When I get to heaven, tie me to a tree
For I'll begin to roam and soon you'll know where I will be
I was born under a wandrin' star
A wandrin' wandrin' star






Y hablando de Pumares y su Polvo de Estrellas, ¿se acuerda alguien del Fibergran?

viernes, 1 de mayo de 2009

Punto de inflexión

Hace unos días volví a escuchar de nuevo, después de mucho tiempo sin oirla, una canción de The Beatles que se hizo muy famosa también en su versión de Joe Cocker. Me refiero a "With a Little Help from my Friends". Es uno de esos casos en que la versión me acaba gustando más que la canción original. La cuestión es que esta melodía me trae gratos recuerdos. Los recuerdos de una época en que parecía no pasar el tiempo. Son esos años en que uno se limita a vivir, sin más. Bonita etapa.

Las preocupaciones, las prisas y la incertidumbre sobre el rumbo final que seguirá nuestra vida suelen llegar después, cuando se pasa el ecuador de la década que va de los veinte a los treinta años. Menos mal que, gracias al Ubicuo, todas las épocas tienen su encanto...

Otro día os hablo de la serie a la que esta canción puso banda sonora. De momento, aquí tenéis su arranque. Extraordinario arranque:





miércoles, 14 de enero de 2009

Lo reconozco, soy un oldie



El cine clásico es mucho más agradecido que el cine actual. En la última década he visto muy pocas películas en pantalla grande que puedan considerarse a la altura de "Los Imperecederos". Muy de vez en cuando aparece algún trabajo que por un motivo u otro me llama la atención, léase: Gladiator, Mulholland Drive, El Señor de los Anillos, Kill Bill, Million Dollar Baby, Old Boy, Sin City... (a más de uno le habrá desconcertado esta variopinta selección), pero incluso en estos casos estamos hablando ya de algo muy distinto a lo que se hacía entonces. ¡Ojo!, digo distinto, que no peor, porque, dicho sea de paso, tampoco soy de los que afirman que cualquier tiempo pasado fue mejor. Cada producto tiene su lugar y su momento. Y no creo que sea muy acertado echar siempre la vista atrás con nostalgia; no es esa la mejor forma de disfrutar el momento presente.

En mi opinión, una buena película es aquella que puede ser vista una y otra vez y aun así no cansa. Está claro que la primera vez será siempre algo especial puesto que, para bien o para mal, es la que te deja la impronta más fuerte, y el momento en que decides si lo que has visto te gusta o no, pero, si la película es buena, el encanto continuará en sucesivas revisiones, siempre seremos capaces de descubrir algún detalle que pasamos por alto durante el primer visionado, probablemente nos volvamos a emocionar en las mismas escenas, y casi con toda seguridad seremos capaces de revivir nuevamente la historia con la curiosidad e ilusión del primer día. Es como si la estuviéramos descubriendo de nuevo.

Me parece que era Frank CapraThe Name above the Title─ quien afirmaba que toda película debe contener al menos tres o cuatro momentos destinados a permanecer en la memoria del espectador incluso cuando el argumento ha sido olvidado. Se puede olvidar todo menos esos momentos. Son aquellas escenas que, pasado el tiempo, "tirarán" de nosotros y nos harán volver a vivir nuevamente la experiencia de ponernos frente a la pantalla. Cuánta razón tenía este hombre... Hoy en día no se trabaja conforme a esa directriz básica. Sin ir más lejos, del remake que han estrenado hace poco de Ultimátum a la Tierra no recuerdo ya nada salvable; es, prácticamente, como si no la hubiera visto, ningún elemento dejó huella positiva en mí...

Sin embargo, ¿quién no se acuerda de aquel famoso travelling en que vemos a un eufórico George Bailey (James Stewart) recorriendo las calles nevadas de Bedford Falls después de haberse reconciliado con la vida en ¡Qué Bello es Vivir!?. Seguramente casi todos podemos recordar también más de una de las frases que salían por la boca de Humphrey Bogart en películas como Casablanca o El Sueño Eterno. ¿Es posible olvidar, después de haberlo visto, el desafiante monóculo de Charles Laughton en Testigo de Cargo o el "enanito en el estómago" de Edward G. Robinson en Perdición?. A Kirk Douglas haciendo de Espartaco, a Orson Welles interpretando a Charles Foster Kane en Ciudadano Kane, a Spencer Tracy y sus entusiastas discursos en La Herencia del Viento, al curioso grupo de personas que reunió en torno suyo John Wayne en la portentosa Río Bravo; Henry Fonda en Las Uvas de la Ira, Jack Lemmon y Tony Curtis en Con Faldas y a lo Loco... Y, ¿qué me dicen de los increíbles números musicales protagonizados por Fred Astaire y Ginger Rogers? Mentalmente íbamos siguiendo las coreografías y casi nos creíamos capaces de poder bailar como "El Maestro": eso se llama Magia. O lo que disfrutamos viendo el caos que iban sembrando a su paso los Hermanos Marx en aquellas alocadas comedias de los años 30. Sin olvidar la elegancia innata de la que hacía gala Cary Grant en todos sus trabajos, y, por supuesto, la belleza y el glamour que desprendían las actrices de antes: Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Lauren Bacall, Ava Gardner, Marlene Dietrich, Katharine Hepburn, Bette Davis, Elizabeth Taylor, Jean Simmons y un largo etcétera. Hoy en día la mayoría de las actrices que pululan por cartelera no son más que una extraña y llamativa combinación de tres elementos: culos realzados, tetas siliconadas y labios hialurónicos. Las curvas artificiales acabaron con el glamour o, mejor dicho, con el encanto (para qué usar un extranjerismo cuando existe el equivalente en castellano). Cambiaron tantas cosas...

Y no es que todo el cine que se hacía antes fuera bueno y el que se hace ahora sea malo. También se hacían auténticos "pestiños" en los años 40. Sin embargo, el número de obras maestras que aparecía anualmente en aquella época era infinitamente superior al que podemos encontrarnos en el cine actual. Tal vez fue una época propicia, La Edad Dorada del Cine... TALENTO es la palabra clave, justo lo que escasea hoy en día en la cartelera.