lunes, 24 de octubre de 2011

Al rico glutamato



Salsas, sopas de sobre, quesos, escabeches, patatas chips y demás saladitos, encurtidos y demás ácidos, y un largo etcétera, son sólo algunos de los alimentos cuyo sabor es potenciado descaradamente por el glutamato monosódico, uno de los mejores aliados de la industria alimentaria en los últimos años.

Si le echáis un vistazo a la lista de ingredientes de esa salsa barbacoa que tanto os gusta, o a esas patatitas del súper cuya bolsa, una vez abierta, es imposible que dejéis a medias, lo encontraréis, o bien camuflado bajo el genérico "potenciadores del sabor", o bien oculto tras la aséptica denominación E621, sin duda, uno de los aditivos estrella.

Los entendidos dicen que siempre ha estado ahí, en los alimentos, de forma natural. Y que es el responsable de ese quinto sabor de nombre tan raro: el umami (los otros cuatro, recordad, son: el ácido, el amargo, el dulce y el salado). También dicen que no tiene nada que ver con el síndrome del restaurante chino... En fin, yo lo único que os puedo decir es que, tras la experiencia que me han dado unos cuantos años de consumo y seguimiento, cada vez detecto más rápido cuando un alimento ha sido condimentado con tan seductor aditivo. En los encurtidos ya me empieza a cansar; no soporto ese regusto metálico que te dejan. Y las patatas chips, cuanto más sencillas y caseras sean, mejor. Antes me iban todas esas que vienen con unos polvillos rojizos que hacen que te mueras de sed, las de sabor jamón eran mis preferidas... ¡Aarggh!, ¡quita, quita!... Pues eso, que mientras que millones de personas aún siguen enganchadas a todo este tipo de productos ─haciéndoles reportar pingües beneficios a todos estos espabilados de la industria alimentaria─, aquí, un servidor, ya lo está dejando. Que lo consiga es otra cosa bien distinta...


viernes, 21 de octubre de 2011

Citas y fragmentos #10





«El analfabeto del siglo XXI no será quien no sepa leer ni escribir, sino quien no sepa aprender, desaprender y reaprender».

(El Shock del Futuro)


«Un analfabeto será aquel que no sepa dónde ir a buscar la información que requiere en un momento dado para resolver una problemática concreta. La persona formada no lo será a base de conocimientos inamovibles que posea en su mente, sino en función de sus capacidades para conocer lo que precise en cada momento».

(La Tercera Ola)


Alvin TOFFLER. Escritor y futurista estadounidense.



jueves, 20 de octubre de 2011

domingo, 16 de octubre de 2011

Jazz Sessions (XXXIII)


Llegó la tarde del domingo. Un domingo que pide a gritos siesta, sana costumbre donde las haya. Apago el teléfono móvil, me pongo cómodo, programo en mi estéreo una extensa selección de smooth jazz ─función sleep activada: una hora─, y me dejo llevar por la cálida y sosegada voz de Diana Krall.

"The Look of Love" hace que me vaya sumiendo en una agradable modorra a la que es imposible resistirse. Ni lo intento. Repito la pista un par de veces y dejo que siga la selección. Ya puedo dormir tranquilo.


jueves, 13 de octubre de 2011

Día Mundial de la Visión



El ojo humano aún no está habituado a las distancias cortas. Durante miles de años al homínido le bastó con ver bien de lejos por aquello de localizar a las presas a la hora de la caza. Es sobre todo en estos últimos años cuando lo estamos sometiendo a una tensión desconocida hasta el momento, al enfocar constante y prolongadamente sobre objetos cercanos. Y eso, lógicamente, pasa factura (para fortuna de las ópticas)...

Enfocar a 20 ó 30 centímetros para leer un libro o usar el móvil, o pasar ocho horas delante de una pantalla de ordenador a no más de medio metro de distancia, son actividades a las que todavía no se acaba de acomodar nuestro maltrecho ojo. Han de transcurrir aún muchos años para que la vista a corta distancia recupere el terreno perdido frente la visión lejana.

Y mientras dejamos que la evolución haga su trabajo, tres consejos os doy para intentar mejorar un poco nuestra salud ocular (aunque no sea médico podéis fiaros, no perjudican):
  1. Una alimentación sana rica en alimentos frescos y naturales. Ya sabéis, de todo un poco sin abusar de las grasas, pero con abundantes frutas y verduras frescas. La zanahoria cruda, esa gran olvidada, es buenísima. Comida a bocados fortalecerá además vuestras encías. Ignorad al graciosillo de turno que saque a relucir la figura de Bugs Bunny, es lo de menos.
  2. Si pasáis muchas horas delante de una pantalla es conveniente que relajéis periódicamente los ojos durante algunos segundos. Puede bastar con un minuto de relax por cada hora de trabajo. Para ello fijad la vista en punto lejano durante ese tiempo y aprovechad para soltar un par de buenos suspiros (alivian tensión). Si estáis en casa podéis asomaros tranquilamente a la terraza para mirar al bloque de enfrente cual James Stewart en "La Ventana Indiscreta", mientras que en la oficina, aunque algo más complejo si no hay ventanas, bien os podrían valer las piernas de la secretaria del fondo si está a quince o veinte metros de distancia. De esta forma conseguiréis destensar los músculos oculares.
  3. Y, por último (aunque no por ello menos importante), no abusad de las gafas. Recordad que estos instrumentos no curan; son simplemente un parche y acabarán por haceros perder más visión de la que ya aquejáis si no las usáis únicamente cuando sea indispensable (el que las tenga para lectura, pues eso, sólo para lectura).

Tan simplón como parece y anda que me he reído yo poco con este chiste de Eugenio. Por cierto, se me olvidaba: hoy es el Día Mundial de la Visión (y se nos queda corto el año para celebrar días...). ¡Hasta la vista!


viernes, 7 de octubre de 2011

No soporto #20

Pérez-Reverte y Almeida. Amores imposibles.




Podrán tener muy buen currículum, no lo cuestiono. Pero no me gusta su radicalismo exacerbado, ni el de él ni el de ella. Al primero, además, le pierden las formas, henchido de vanagloria.

jueves, 6 de octubre de 2011

Lamento del viejo post olvidado




Llegaste y se olvidaron de mí
Cinco días tan solo viví
Y así, poco a poco me sumí
Ahí abajo, donde nada parece existir.



Sólo existe el ahora. No hay más. El ayer es un recuerdo, y el mañana quién sabe si llegará. Si me apuran, casi que ni el presente existe: segundo a segundo se nos va desvaneciendo en pasado, y es así como casi sin que lo advirtamos, se nos va escapando la vida.

Da vértigo mirar el segundero de un reloj ...la gran cuenta atrás... No me gusta la manecilla de los segundos en los relojes. Me inquieta su tictac.

sábado, 1 de octubre de 2011

La Paradoja de Olbers


¿Por qué es oscuro el firmamento nocturno si el Universo parece tener un tamaño infinito y las estrellas se reparten uniformemente por todo el espacio? La contribución a la luminosidad de cada estrella, por pequeña que ésta fuera, haría resplandecer el cielo incluso de noche si hablamos de un número infinito de estrellas... No crean que es asunto trivial. Durante más de cien años la comunidad científica intentó, sin éxito, dar respuesta a tan razonable pregunta.

El primero en cuestionárselo, allá por 1826, fue el físico alemán Heinrich Olbers, de donde toma el nombre tan célebre paradoja. La solución que él propuso fue considerar que las nubes de polvo existentes en el espacio interestelar absorberían la luz procedente de las estrellas lejanas, con lo que sólo recibiríamos la luz emitida por las más cercanas. Sin embargo, esto no resolvía la paradoja puesto que de sobra sabemos que la luz incidente en el polvo acabaría calentándolo hasta hacerlo brillar tanto como las fuentes originarias.

Hoy en día la cuestión queda zanjada admitiendo que el Universo no puede ser simultáneamente infinito, eterno y estático. Eterno ya sabemos que no es puesto que las estrellas siguen todas un ciclo vital que viene determinado por su masa inicial. Y estático tampoco: el Modelo Estándar nos habla de un Universo en expansión (y además acelerada; otro día hablamos de la energía oscura y la constante cosmológica). De manera que aun siendo nuestro Universo infinito y conteniendo un número infinito de estrellas uniformemente distribuidas, nunca podríamos ver la luz de las estrellas situadas a todas las distancias posibles al no ser éste ni estático ni eterno. O bien la luz de los objetos más alejados aún no ha llegado hasta nosotros (recuérdese que la luz viaja a una velocidad finita de unos 300.000 Km/s), o bien, de hacerlo, habrá pasado tanto tiempo que los objetos más cercanos ya se habrán extinguido y apagado, con lo cual la luminosidad total no resultará tan grande como para hacer resplandecer el cielo.



Créditos
* Foto: Alain Sallez (picdumidi.org) & David Romeuf (Université Lyon 1).
* Música: "The Sky Moves Sideways (Phase One)" (Porcupine Tree).