martes, 21 de abril de 2009

Cría fama...

Algunas canciones como la que os presento en esta entrada y, principalmente, sus ya famosas y recurrentes bromas acerca del alcohol cada vez que él y sus colegas del Rat Pat actuaban en algún casino de Las Vegas, son dos de las razones que más contribuyeron a alimentar la no del todo cierta fama de bebedor que tenía Dean Martin (se dice que cuando salía al escenario los vasos sólo contenían zumo de manzana).




Protagonizar películas como Río Bravo, en las que no le importaba aparecer como un borrachuzo empedernido, tampoco ayudaba mucho a hacer olvidar su característica imagen dipsomaníaca. No todo el mundo se presta a este tipo de juegos; hay que gozar de un envidiable sentido del humor y tener una filosofía de la vida bastante particular. Este hombre la tenía.




Presten atención a la letra, no tiene desperdicio. Siempre me pareció que el inconfundible fraseo de Dino, ese mismo que años más tarde intentaría imitar Elvis en sus baladas (ya os pondré algún ejemplo de esto en futuras entradas), se asemeja bastante en esta canción al balbuceo de quien lleva ya más de una copa encima...



"Little ole wine drinker, me"

I'm praying for rain in California
So the grapes can grow and they can make more wine
And I'm sitting in a honky in Chicago
With a broken heart and a woman on my mind

I matched the man behind the bar for the jukebox
And the music takes me back to Tennessee
And he asked who's the fool in the corner crying
I say a little ole wine drinker, me

I came here last week from down in Nashville
'Cause my baby left for Flor’da on a train
I thought I'd get a job and just forget her
But in Chicago, the broken heartache's still the same

I matched the man behind the bar for the jukebox
And the music takes me back to Tennessee
When they ask who's the fool in the corner crying
I say a little ole wine drinker, me
I say a little ole wine drinker, me




jueves, 16 de abril de 2009

Michael "Air" Jordan

Sus números lo dicen todo:

  • Seis anillos con los Bulls: 1991, 1992, 1993, 1996, 1997 y 1998 (los tres últimos conseguidos después de su vuelta tras el retiro para jugar al béisbol).

  • El mayor promedio de puntos por partido en la historia de la liga: 30.12.

  • 10 títulos de máximo anotador.

  • 5 MVP de la Temporada.

  • 6 MVP de las Finales.

  • Nombrado en el mejor quinteto de la NBA en diez ocasiones.

  • Nombrado en el mejor quinteto defensivo nueve veces.

  • Dos medallas de oro olímpicas (Los Ángeles '84 y Barcelona '92).

  • Etc, etc, etc...

Las imágenes lo ratifican:



El mejor jugador de baloncesto ─y me atrevería a decir también el mejor deportista─ de todos los tiempos. ¿Alguien lo duda?


miércoles, 8 de abril de 2009

Gran Torino. Gran película

Con una puesta en escena sencilla y rodado casi exclusivamente en una única localización, el maestro Eastwood ha vuelto a regalarnos otro interesante trabajo, en esta ocasión con un cierto aire testamentario, para narrarnos la historia de un viejo gruñón ex combatiente de la Guerra de Corea, que acaba de perder a su querida esposa, su mayor asidero en esta vida, y que ahora se ve obligado a convivir con unos vecinos asiáticos a los que no puede ver ni en pintura.


Atormentado por el pasado y asqueado ya de casi todo bicho viviente -me encantan la reminiscencias de cowboy que tiene su personaje Walt Kowalski- (recuérdense, por ejemplo, la costumbre de escupir al suelo o los demoledores disparos que simula con la mano), no será hasta el momento en que entabla una cierta amistad con la hermana mayor del asiático que intentó robar su Gran Torino del 72 (siempre me llamó la atención lo dados que son los yanquis a recordar y remarcar el año de fabricación de cada modelo de coche), cuando comience a replantearse la actitud vital a seguir. Es curioso ver cómo al final logra establecer unos vínculos afectivos más fuertes con los vecinos de ojos rasgados, a quienes odiaba al principio de la historia, que con su propia familia, con la que nunca llegó a entenderse.


Bajo la aparente fachada de telefilm que pudiera tener la primera parte de la cinta, y pese a lo excesivamente caricaturesco de algunas escenas, se esconde el cuidado trabajo de todo un artesano que, de forma muy inteligente, consideró dejar la artillería pesada para el final. Es precisamente en esos fantásticos últimos 20 ó 25 minutos de la película cuando el amigo Clint nos da toda una lección de cine y de vida. Seguramente, de forma parecida a lo que debió de experimentar su personaje en la última escena, a uno le asalta un sentimiento tremendo de paz y liberación cuando empiezan a sonar las primeras notas musicales del maravilloso tema que suena durante los títulos de crédito. Me dejó muy buen sabor de boca.



Y no es que sea un desenlace totalmente sorprendente o innovador (en realidad hasta se ve venir...), lo que realmente gusta es verlo en la imponente figura de Clint Eastwood. Simplemente por oír algunas de las perlas que suelta su Walt Kowalski viendo su dura pose en riguroso contrapicado, ya habría merecido la pena pagar el precio de una entrada. Una muy buena excusa para pasarse por las salas de cine.





-Your world is nothing more than all the tiny things you've left behind-

domingo, 5 de abril de 2009

¡Mein Führer, puedo andar!

El 5 de abril de 1963 pasaría a la historia, entre otros asuntos, como el día en que se conecta por primera vez el "teléfono rojo". El famoso aparato (negro en la realidad) unía el despacho del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy, en Washington, con el del líder soviético Nikita Kruschev, en Moscú. Su misión, solucionar de forma directa, sin intermediarios, posibles tensiones o situaciones comprometidas entre las dos superpotencias antes de que pudieran desembocar en un devastador conflicto armado. Era la época de la Guerra Fría.

Aprovecho pues la efeméride para recomendar una interesante y divertida "comedia" de Stanley Kubrick, en la que se hace uso de este polémico artilugio. Su título: ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, también conocida en su versión original por Dr. Strangelove or: How I learned to stop worrying and love the bomb. Menudo recital interpretativo el de Peter Sellers. Nada más y nada menos que tres papeles distintos en una misma película... Como diría el señor Garci: portentoso. No se pierdan esta genial locura de Kubrick. Tras su alocada apariencia externa encierra una clara advertencia a los que mueven los hilos.


sábado, 4 de abril de 2009

Take a rest on the porch

Hoy estoy contento. Me apetece escuchar a la Creedence. Hace un día espléndido y es mi intención tomármelo con calma. Sábado de Pasión, dicen. Para mí, Sábado de Descanso. ¡Adelante, pasen y tomen una bebida!, hay sitio en el porche.




Pero qué bien sonaban los condenaos, dicho sea con todo el cariño del mundo. Imposible escuchar esta música y no seguir el ritmo, al menos, con un leve movimiento de cuello hacia delante y hacia atrás. De hecho yo, ahora mismo, mientras escribo, al movimiento de cuello le estoy sumando el golpeteo periódico de mi pie derecho sobre el suelo...




¡Buen fin de semana a todos!

miércoles, 1 de abril de 2009

Cuando haces pop, ya no hay stop

El otro día, hablando de música con un amigo, advertíamos la falta de carácter imperante en el panorama musical actual. Lo de las bandas de rock parece ya cosa del pasado. Salvando a unas cuantas viejas glorias que se resisten a retirarse, el resto de lo que suena en radio es casi todo pop. El poco rock que se hace hoy en día parece condenado a morir entre las cuatro paredes de un garaje; casi nada logra salir al mercado.

Al igual que sucede con el kippel, el pop parece estar ganando terreno a pasos agigantados. Casi todo está imbuído ya de un mediocre espíritu pop, que no hace sino perjudicar el buen nombre de un género que experimentó su clímax en los 80. ¿Quiere decir esto pues, que está condenado a vivir del pasado todo aquel que busca otro tipo de acordes? ...Supongo que en gran parte sí...

Gocemos entonces del pasado. ¡Gocemos de Queen! Seguro que muchos de ustedes no conocían el poderoso Ataque del Dragón:




Dragon Attack apareció como cara B del single Another One Bites the Dust, incluido en el álbum The Game, el 22 de Agosto de 1980. Fue uno de los tres singles de Queen que consiguieron un disco de platino en los Estados Unidos, siendo nominado para los premios Grammy y Juno. Se convirtió en el single más vendido de la banda hasta entonces, mientras que The Game fue el primer álbum de Queen número uno en Norteamérica. El single alcanzaría, tanto en España como en Estados Unidos, número uno en listas.



De este álbum servidor sólo tiene, y por casualidades de la vida, el single 5" que se publicó en 2006. Mi etapa de fan acérrimo hace tiempo que se cerró. No he seguido recolectando, aunque sí escuchando.