¡Ah!, pero qué placer más grande, cuando llega el frío y la lluvia, desde la tranquilidad del salón de casa, volver al western, con sus cálidos paisajes, sus cowboys solitarios de botas polvorientas, sus bellas mujeres de carácter capaces de hacer perder la cabeza a más de un bandido y a algún que otro héroe prudente; balas, flechas que silban en uno y otro sentido, trenes que pitan a su llegada o partida de la estación, y el sonido de una armónica. El característico sonido de una armónica, asociado, como ningún otro instrumento consiguió, al género cinematográfico por excelencia de los tipos duros, el western, y al folk, al country y al blues de las mil y una historias.
Porque detrás del sonido de una armónica siempre hay una gran historia, y a veces, artistas de la talla de Rachelle Plas, quienes al desplegar su arte, nos crean la ilusión ─con su magia y su talento─, de creer que uno también sería capaz de tocar así. ¡Qué ingenuos somos!
Chapeau por este "Our Train Melody" que me hizo volver al western, y empezar con la armónica. No suena mal la Golden Melody. Incluso en las manos (o en la boca) de un neófito, algunos acordes dan el pego.
Cuídense, y que la travesía les sea placentera. 😉