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martes, 13 de marzo de 2012

La Ecuación de Drake



Ecuaciones las hay de muchos y muy diversos tipos. Las que más nos suelen gustar, pues nos dejan más tranquilos, son las que tienen una única solución (x+2x=3). Pero existen muchas otras (infinitas) que no se pueden resolver (x+1=x-1), y otro tanto que poseen infinitas soluciones (x+1=x+1).

La que hoy os presento es un poco especial en tanto en cuanto es totalmente especulativa. Se trata de la famosa Ecuación de Drake, una expresión concebida allá por 1961 por el famoso radioastrónomo ─y presidente del Instituto SETIFrank Drake, con el nada sencillo propósito de estimar el número de potenciales civilizaciones radiodetectables dentro de nuestra galaxia, ahí es nada.

Esta es su expresión:

N = R* · fp · ne · fl · fi · fc · L

El resultado de este producto, N, nos indica el número de potenciales civilizaciones dentro de nuestra galaxia con las que sería posible establecer contacto, teniendo los factores multiplicativos el siguiente significado:

  • R*: Tasa anual de formación de estrellas aptas para la vida en nuestra galaxia (estrellas/año).
  • fp: Fracción de esas estrellas que tienen planetas en su órbita.
  • ne: Fracción de esos planetas orbitando dentro de la zona habitable de la estrella.
  • fl: Fracción de planetas en los que se ha desarrollado la vida.
  • fi: Fracción de planetas que podrían albergar vida inteligente.
  • fc: Fracción de planetas que han desarrollado una tecnología que libera signos detectables de su existencia al espacio.
  • L: Lapso de tiempo (en años) durante el cual esa civilización puede estar radiando al espacio señales detectables.

En 1961, Drake y su equipo asignaron una serie de valores a dichos parámetros (N = 10 × 0,5 × 2 × 1 × 0,01 × 0,01 × 10.000) dando un total de 10 posibles civilizaciones detectables al año. La experiencia, sin embargo, parece decirnos que esa estimación era demasiado optimista.

Una estimación algo más realista de esta expresión (aquí) llega al siguiente valor para N:

N = 8,05908 10-10 posibles civilizaciones detectadas al año.

Lo que equivale a una civilización detectada cada 1.241 millones de años en la Vía Láctea, o lo que es lo mismo, una civilización detectada al año dentro de un grupo de unos 1.241 millones de galaxias del tamaño de la Vía Láctea.




¿Demasiado optimista o todo lo contrario?, ¿carente por completo de valor?... ¿Cuál es vuestra opinión acerca del tema? Los detractores de esta ecuación con frecuencia aducen la Paradoja de Fermi para poner de manifiesto la contradicción existente entre una estimación que asigna una alta probabilidad a la existencia de civilizaciones inteligentes en el Universo, y la ausencia total de evidencia de dichas civilizaciones. Si os soy sincero yo nunca vi tal contradicción, ya que si tenemos en cuenta las distancias que se manejan en el Universo y la extraordinaria coincidencia que debe darse para que dos civilizaciones coincidan en el tiempo (¡y en su era tecnológica!), no es tan extraño que no hayamos contactado con ellas. Pueden estar pero ni nos oyen ni las oímos: estamos aislados y esto sí es una clara evidencia fehaciente.

La Ecuación de Drake, en mi opinión, no deja de ser una mera curiosidad pseudocientífica. Está bien para entender (en primera aproximación) el número de factores que entran en juego si queremos especular acerca de la cantidad de supuestas civilizaciones extraterrestres que podrían existir. Pero de ahí a pretender extraer cualquier tipo de información fiable a partir de una asignación de valores que es totalmente especulativa va un largo trecho…


domingo, 24 de mayo de 2009

Encuentros cercanos

Establecer contacto con una civilización extraterrestre parece, a priori, una tarea bastante complicada, sobre todo si tenemos en cuenta las enormes distancias que nos separan de las estrellas y la gran cantidad de casualidades que deben darse para obrar el "milagro". Sin olvidarnos, además, de que una vez establecido el contacto tendríamos que entendernos con la otra especie, asunto el cual tampoco tiene por qué ser trivial.


No obstante, el Cosmos es lo suficientemente amplio y diverso como para albergar en sus cifras una pequeña fracción o resquicio para la esperanza. Como decía una frase de la película Contact: "Si estuviéramos solos en el Universo, ¡cuánto espacio desaprovechado!". Particularmente, me inclino por la opción de que la vida no es exclusiva del planeta Tierra. Y digo vida, sin calificarla necesariamente de inteligente. Obviamente, a menos que esa forma de vida haya logrado evolucionar hasta constituir una sociedad tecnológica avanzada, no sería posible ningún tipo de contacto bidireccional. En cualquiera de los dos casos (la existencia o no de vida fuera de nuestro planeta), la conclusión es extraordinaria; debería hacernos pensar.


El proyecto SETI para la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, a la cabeza del cual se situó durante muchos años Carl Sagan, lleva tiempo intentando encontrar ─de momento, infructuosamente─ señales inteligentes (de naturaleza no casual) mediante el análisis de las ondas electromagnéticas que captan nuestros radiotelescopios. Cualquiera de nosotros, desde su propia casa, puede contribuir al escudriñamiento de los cielos prestando parte de la potencia de cálculo de sus ordenadores al procesado digital de dichas señales. Para todo aquel interesado en la materia en cuestión, aquí dejo algo más de información.



Calling Occupants Of Interplanetary Craft
(The Recognized Anthem Of World Contact Day)
(The Carpenters, 1977)