Nabokov aborrecía a los críticos; yo también. Andan siempre recurriendo a las citas de otros para expresar la opinión de la cual carecen. En definitiva, no tienen criterio propio y sí mucho de frustración.
Por cierto, Nabokov también ejerció la crítica literaria... Me encanta Nabokov.
sábado, 28 de marzo de 2009
Tanta paz lleven como descanso dejan
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martes, 17 de marzo de 2009
God's lonely man
Dicen que el diario es la forma más baja de la literatura, pero sin duda, para el hombre curioso, estoy seguro que también una de las más atractivas. En esta entrada os propongo curiosear la mente de un personaje cinematográfico bastante conocido. Veamos qué decía el diario de Travis Bickle. Es todo un lujo escucharlo de su propia voz...
May 10th.
Thank God for the rain which has helped wash away the garbage and trash off the sidewalks. I'm workin' long hours now. Six days a week. Sometimes seven days a week. It's a long hustle but it keeps me real busy. I can take in three, three fifty a week. Sometimes even more when I do it off the meter.
All the animals come out at night: buggers, queens, fairies, dopers, junkies, sick, venal. Someday a real rain will come and wash all this scum off the streets. I go all over. I take people to the Bronx, Brooklyn, I take 'em to Harlem. I don't care.
Don't make no difference to me. It does to some. Some won't even take spooks. Don't make no difference to me.
Each night when I return the cab to the garage, I have to clean (the cum off) the back seat. Some nights, I clean off the blood.
Twelve hours of work and I still can't sleep. Damn. Days go on and on. They don't end.
All my life needed was a sense of someplace to go. I don't believe that one should devote his life to morbid self-attention. I believe that someone should become a person like other people.
Loneliness has followed me my whole life. Everywhere. In bars, in cars, sidewalks, stores, everywhere. There's no escape. I'm God's lonely man.
June 8th.
My life has taken another turn again. The days can go on with regularity over and over. Then suddenly, there is a change.
June 29th.
I gotta get in shape now. From now on, it will be fifty push-ups each morning, fifty pull-ups. From now on, it will be total organization. Every muscle must be tight.
The idea had been growing in my brain for some time. True force. All the king's men cannot put it back together again.
You talkin' to me? You talkin' to me? You talkin' to me?
Well, who the hell else are you talkin' to? You talkin' to me? Well, I'm the only one here. Who do you think you're talkin' to? Oh yeah?
Huh? OK.
Listen you screwheads. Here's a man who would not take it anymore. A man who stood up against the scum, the dogs, the filth. Here is someone who stood up.
Now I see it clearly. My whole life is pointed in one direction. I see that now. There never has been any choice for me.
Esta es otra de mis debilidades cinematográficas. Guión, ambientación, banda sonora, interpretación... Todo me parece perfecto en Taxi Driver. Es una de esas películas de las que, desde el mismo instante en que irrumpen en tu vida, sabes que echarás mano en más de una ocasión. Una experiencia enormemente gratificante. A mí me gusta verla de noche, y si es posible, de madrugada, pero esto son ya manías mías (la soledad, la noche, el cálido sonido de un saxo...).
El mejor Scorsese y un De Niro en plena forma se dieron la mano en este trabajo bajo el guión de Paul Schrader, para acabar regalándonos un impagable retrato de la decadente noche neoyorquina recién terminada la Guerra de Vietnam. Todo ello narrado desde la perspectiva de un insomne taxista que poco a poco irá perdiendo el juicio...
Completan el reparto el siempre espléndido Harvey Keitel, la bella Cybill Shepherd y una jovencísima Jodie Foster ─14 años─ en uno de sus primeros papeles en cine.
Absolutamente recomendable. En mi opinión, junto a "Toro Salvaje", lo mejor que haya hecho Scorsese a lo largo de su carrera. Un trabajo mucho más pulido que "Malas Calles", por citar otra película bastante conocida de este cineasta en la que también comparten cartel De Niro y Keitel. Véanla. No se arrepentirán. Este portento de banda sonora (Bernard Herrmann) es otro de sus múltiples alicientes:
El mejor Scorsese y un De Niro en plena forma se dieron la mano en este trabajo bajo el guión de Paul Schrader, para acabar regalándonos un impagable retrato de la decadente noche neoyorquina recién terminada la Guerra de Vietnam. Todo ello narrado desde la perspectiva de un insomne taxista que poco a poco irá perdiendo el juicio...
Completan el reparto el siempre espléndido Harvey Keitel, la bella Cybill Shepherd y una jovencísima Jodie Foster ─14 años─ en uno de sus primeros papeles en cine.
Absolutamente recomendable. En mi opinión, junto a "Toro Salvaje", lo mejor que haya hecho Scorsese a lo largo de su carrera. Un trabajo mucho más pulido que "Malas Calles", por citar otra película bastante conocida de este cineasta en la que también comparten cartel De Niro y Keitel. Véanla. No se arrepentirán. Este portento de banda sonora (Bernard Herrmann) es otro de sus múltiples alicientes:
lunes, 9 de marzo de 2009
La Prueba del Algodón
Últimamente sólo me compro los CDs musicales que pasan con éxito esta prueba. Consiste en lo siguiente:
Me las ingenio para que alguien Me proporcione, en régimen de préstamo, una copia de seguridad de las que todo el mundo suele hacer a sus discos originales para uso estrictamente personal... Si al escuchar el disco más de una vez no hago uso nunca de la función de programación de pistas, querrá decir que el disco en cuestión es realmente bueno. Muy pocos son los discos que pasan esta criba. Y en consecuencia, pocos son los discos que me compro actualmente.
A excepción de mis álbumes de Queen, Phil Collins, Dean Martin, Leonard Cohen y ciertas bandas sonoras, el resto de los CDs que componen mi discoteca personal son casi todo recopilatorios de grandes éxitos, los únicos que suelen pasar la Prueba del Algodón. Lógicamente, no están todas las que son, pero sí suelen ser todas las que están.
Mi consejo: Sean selectivos, no se puede abarcar todo. Quien no lo vea así con el paso de los años me dará la razón. Tiempo al tiempo...
Me las ingenio para que alguien Me proporcione, en régimen de préstamo, una copia de seguridad de las que todo el mundo suele hacer a sus discos originales para uso estrictamente personal... Si al escuchar el disco más de una vez no hago uso nunca de la función de programación de pistas, querrá decir que el disco en cuestión es realmente bueno. Muy pocos son los discos que pasan esta criba. Y en consecuencia, pocos son los discos que me compro actualmente.
A excepción de mis álbumes de Queen, Phil Collins, Dean Martin, Leonard Cohen y ciertas bandas sonoras, el resto de los CDs que componen mi discoteca personal son casi todo recopilatorios de grandes éxitos, los únicos que suelen pasar la Prueba del Algodón. Lógicamente, no están todas las que son, pero sí suelen ser todas las que están.
Mi consejo: Sean selectivos, no se puede abarcar todo. Quien no lo vea así con el paso de los años me dará la razón. Tiempo al tiempo...
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domingo, 1 de marzo de 2009
Ese oscuro objeto del deseo...
¿Puede alguien imaginar mejor compañía para una fría y oscura noche de invierno, que la presencia de siete hermosas jovencitas, al abrigo de las cuales cobijarse?
Pocos cuerpos celestes han logrado volver a producirme satisfacción similar a la que experimenté el día que descubrí las Pléyades. Supongo que en aquella región del cielo, y muy recatadas ellas, habían permanecido agrupadas desde tiempo inmemorial, preparadas siempre para desplegar todo su encanto a los ojos del observador atento. Y resulta que un buen día (o noche, mejor dicho), afortunado de mí, ese observador fue quien estas líneas escribe.
Pocos cuerpos celestes han logrado volver a producirme satisfacción similar a la que experimenté el día que descubrí las Pléyades. Supongo que en aquella región del cielo, y muy recatadas ellas, habían permanecido agrupadas desde tiempo inmemorial, preparadas siempre para desplegar todo su encanto a los ojos del observador atento. Y resulta que un buen día (o noche, mejor dicho), afortunado de mí, ese observador fue quien estas líneas escribe.
Visibles a simple vista y de aspecto similar al de una Osa Mayor en miniatura, es importante recalcar que no se trata de una constelación, sino de un cúmulo o agrupación real de estrellas dentro de la constelación de Tauro.
Para su localización conviene saber que las tres estrellas que componen el Cinturón de Orión apuntan, hacia el Norte, a la anaranjada Aldebarán, una gigante roja perteneciente a la constelación de Tauro que se sitúa junto a otro cúmulo estelar de estrellas mucho más esparcidas: las Híades. Éstas dibujan en el cielo una especie de V, en uno de cuyos extremos se encuentra la susodicha Aldebarán (en realidad no es más que un efecto de perspectiva, ya que las Híades se hallan a doble distancia). Pues bien, siguiendo la línea imaginaria que une el Cinturón de Orión con Aldebarán y recorriendo en el cielo una distancia ligeramente inferior a ésta, nos toparemos, en un determinado punto del firmamento, con las mencionadas Pléyades, también conocidas como M45.
Se trata de un cúmulo estelar abierto, de unos 15 años-luz de diámetro, que dista aproximadamente 450 años-luz de nuestro Sistema Solar. El conjunto completo cubre poco más de 1º de arco en la bóveda celeste (La Luna Llena abarca aproximadamente 0.5º de cielo). A simple vista, y en ausencia de Luna, pueden llegar a identificarse seis de las Siete Hermanas. Con unos binoculares normalitos (7x50 ó 10x50), la visión es ya lujuriosamente orgiástica. Un auténtico espectáculo para los sentidos en el que pueden llegar a contarse varias decenas de estrellas, y, casi casi (dependiendo del grado de fervor en el que se haya sumido el observador), hasta vislumbrar la materia interestelar que las arropa.
Sus nueve estrellas más brillantes toman el nombre de las Siete Hermanas de la mitología griega (Asterope, Taigeta, Maya, Celeno, Electra, Alcione y Merope), más, lógicamente, la presencia de sus padres (Atlas y Pleyone), quienes aún no las dejaban salir solas al espacio...
Para su localización conviene saber que las tres estrellas que componen el Cinturón de Orión apuntan, hacia el Norte, a la anaranjada Aldebarán, una gigante roja perteneciente a la constelación de Tauro que se sitúa junto a otro cúmulo estelar de estrellas mucho más esparcidas: las Híades. Éstas dibujan en el cielo una especie de V, en uno de cuyos extremos se encuentra la susodicha Aldebarán (en realidad no es más que un efecto de perspectiva, ya que las Híades se hallan a doble distancia). Pues bien, siguiendo la línea imaginaria que une el Cinturón de Orión con Aldebarán y recorriendo en el cielo una distancia ligeramente inferior a ésta, nos toparemos, en un determinado punto del firmamento, con las mencionadas Pléyades, también conocidas como M45.
Se trata de un cúmulo estelar abierto, de unos 15 años-luz de diámetro, que dista aproximadamente 450 años-luz de nuestro Sistema Solar. El conjunto completo cubre poco más de 1º de arco en la bóveda celeste (La Luna Llena abarca aproximadamente 0.5º de cielo). A simple vista, y en ausencia de Luna, pueden llegar a identificarse seis de las Siete Hermanas. Con unos binoculares normalitos (7x50 ó 10x50), la visión es ya lujuriosamente orgiástica. Un auténtico espectáculo para los sentidos en el que pueden llegar a contarse varias decenas de estrellas, y, casi casi (dependiendo del grado de fervor en el que se haya sumido el observador), hasta vislumbrar la materia interestelar que las arropa.
Sus nueve estrellas más brillantes toman el nombre de las Siete Hermanas de la mitología griega (Asterope, Taigeta, Maya, Celeno, Electra, Alcione y Merope), más, lógicamente, la presencia de sus padres (Atlas y Pleyone), quienes aún no las dejaban salir solas al espacio...
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