viernes, 16 de diciembre de 2016

Tres por dos más uno igual a cuatro*

Foto promocional de "El último atardecer" (1961).


Dos recomendaciones para el fin de semana: "Duelo al sol" (King Vidor, 1946) y "El último atardecer" (Robert Aldrich, 1961), dos grandes dramas ambientados en el oeste americano. El primero, con un desenlace a pleno sol. El segundo, con duelo al ocaso. Denominador común, aparte del género y Joseph Cotten (actor que realiza un papel muy distinto en una y otra película), su argumento: una mujer, dos hombres y tensión cortante.

Pasión y tormento en ambos tríos, actuaciones de medalla y laurel, y un buen puñado de frases lapidarias y sentenciosas, de esas que los guionistas de antaño acostumbraban a poner en boca de sus personajes.

El impresionante Technicolor de "Duelo al sol", con el color al borde de la saturación en algunos planos, y la simpática cancioncilla que el personaje interpretado por Kirk Douglas no puede dejar de silbar en "El último atardecer", de seguro perdurarán en vuestra memoria. Os las llevaréis a la cama mientras os va venciendo el sueño.

Una para el sábado y otra para el domingo. Quien se aburre es porque quiere. Por cierto, para todo aquel a quien pueda interesar, mis diez del oeste (aquí).


Foto promocional de "Duelo al sol" (1946).


Nota: El título de la entrada, además de ir en contra de toda ley matemática, es una suerte de galimatías con el que relaciono el número de personajes principales total y la cantidad de supervivientes.

martes, 6 de diciembre de 2016

No soporto #30

Las comisiones de mantenimiento de los bancos.




Se sirven de nuestro dinero para obtener beneficios y encima nos cobran por un supuesto mantenimiento. Ya lo decían los Dire Straits: Money for nothing. Aunque en este caso el sentido del flujo es de dinero saliente, dinero que se nos va. Recuerden lo que dice la Ley de conservación del dinero: el dinero ni se crea ni se destruye, solo cambia de bolsillo.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Desvarío del desamado

Noche eterna, prisión amarga.
La esperanza puesta en el nuevo amanecer.
Sueño que sueño, despierto, porque no duermo.
Luz y oscuridad; equilibrio desequilibrado.

La humedad de la mañana llena una habitación vacía.
Las horas pasan y el reloj no avanza.
El día es noche. La noche, larga.
La esperanza puesta en el nuevo amanecer.