lunes, 21 de noviembre de 2011

Minielogio de la parsimonia



No me gusta leer para decir he leído. No me gusta ver para decir he visto. No me gusta escuchar para decir he escuchado. Cada vez más, leo, veo y escucho ─siempre para mi propio y exclusivo deleite (y cosas que, a priori, creo me pueden gustar)─, recreándome en cada letra, imagen o nota musical con la más absoluta atemporalidad. ¡Que corra el mundo! Yo sigo parsimonioso y ajeno a modas. Despacito y buena letra. Ya cuento con el hecho de que ni en cien vidas podría abarcar todo lo que quisiera. Disfrutemos pues sin prisas, que para urgencias ya están los jefes...

Esta entrada viene a colación del estrés que empiezo a apreciar en muchos como consecuencia del libre y gratuito acceso a contenidos en Internet. El afán desmedido por intentar abarcar lo inabarcable, y a ser posible antes que el vecino, hace que muchos se olviden de lo primordial en estos casos, que no es sino gozar de la obra, recrearse en ella, no tener prisa por acabarla sino todo lo contrario, temer que se acabe.

Yo soy de los que echan varias páginas atrás cada vez retomo la lectura de un libro; de los que se van a una habitación simplemente a escuchar música, sin más (me parece poco considerado con este arte tenerla siempre de fondo; de vez en cuando es bueno prestarle toda la atención del mundo). En fin, que las prisas nunca fueron conmigo. Los que me conocen lo saben.

Par-si-mo-nia. Hasta lleva un tiempo decir la palabra. Me encanta.

Take it easy, my friends! ¡Fuera prisas! Murnau y Griffith pueden esperar (quien dice Murnau y Griffith puede decir Antonioni y Fellini, o cualesquier otros dos). No nos pongamos nerviosos por acabar filmografías... Entre disfrute y disfrute, un pequeño reposo. Y sin regomeyo. Nada de inquietarse ;-)

sábado, 19 de noviembre de 2011

Interludio musical #6


Concierto para piano y orquesta Nº12 en La Mayor, K.414 - Andante


Ideal para reflexionar.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¡Tres años!



Ese es el tiempo que llevo al frente del blog, y es gracias a vosotros que sigo publicando de vez en cuando (a pesar de no gustarme demasiado esto de la escritura). Me encanta compartir afinidades, aunque raro es que quede satisfecho con la forma en que las presento; siempre tengo la sensación de que no lo expreso como quisiera. El balance, sin embargo, es muy positivo. Y vaya que si lo es...

Muchas gracias a todos los que por aquí pasáis, a los que dejáis comentario y a los que me acompañáis en la sombra. Sin vuestra presencia no creo que esto hubiera durado tanto. Lo que comenzó siendo una simple prueba informática (quería ver cómo funcionaba la cosa esta de los blogs), se ha convertido en un más que agradable pasatiempo. Me encanta y es por ello que intentaremos alargar la experiencia un poco más si os parece (aún tengo algo así como media docena de entradas en borrador; sería una pena desperdiciarlas). Pero el objetivo ya está cumplido: me propuse llegar a los tres años y aquí estamos.

Gracias. De veras. Es un placer encontraros por aquí. Aprendo y disfruto mucho con vuestros comentarios: la "magia" del blog, sin duda. Una gozada, como esta canción:



sábado, 12 de noviembre de 2011

Jazz Sessions (XXXIV)


A esto lo denominan acid jazz (etiquetas, etiquetas, etiquetas). Galliano es el nombre de la banda y este uno de sus mayores éxitos: "Prince of Peace".

Sólo sé que esto pegó fuerte el año de la Exposición Universal en Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. Supongo que en Wikipedia, la fuente de información del S.XXI, habrá algún que otro dato de interés, pero bueno, a mí lo que me importa es la música. Con ella os dejo. Feliz fin de semana.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Serena belleza



En memoria de Vivien Leigh, una de las actrices más guapas y talentosas del cine clásico. Tal día como hoy, pero en 1913, venía al mundo esta chica (en la India nació).

Por cierto, aunque ya sabéis que yo no creo en estos premios, dos Oscar atesora esta actriz:
  • Mejor Actriz año 1939, por Lo que el viento se llevó
  • Mejor Actriz año 1951, por Un tranvía llamado deseo



«Me miró por debajo de sus largas pestañas. Ésta era la mirada que debía hacerme caer de espaldas»

La cita es de "El Sueño Eterno", la novela. Y esa mirada bien podría haber sido la inspiración de Chandler.

Suspiren, suspiren...

martes, 1 de noviembre de 2011

Mis diez del western



Más o menos ya todos sabemos de qué va esto del western, de manera que no me enrollaré demasiado. Deciros, simplemente, que crecí viendo películas del Oeste y de Cantinflas, las favoritas de mi padre. La sobremesa de los fines de semana, después de los dibujos animados, tocaba película. Y allí que estaba yo con los ojos como platos viendo arreglar sus asuntos (a tiros) a unos hombres con las botas muy polvorientas.

Me encantaba ver cómo el protagonista desenfundaba siempre el revólver más rápido que el malo, y disfrutaba de lo lindo con todo el tema ese de los indios apaches, comanches y sioux, muy pintados ellos y siempre en constante lucha con la caballería y los vaqueros. El traslado del ganado atravesando ríos, montañas y valles; el sheriff del pueblo (una única calle con casas a ambos lados) al que nadie hacía caso; la doma de un caballo salvaje ciertamente malhumorado; esa bella damisela por la que todos beben los aires; ese personaje de aspecto pusilánime que en un determinado momento de la cinta no dudará en hacer frente al malo malísimo para sorpresa del personal; la puerta de la cantina abriéndose, un silencio sepulcral, miradas que matan (tanto o más que las balas), y, de repente, sillas y mesas que comienzan a volar por los aires al son de un tiroteo… En fin, son tantas las escenas que quedaron grabadas en mi retina…

A continuación, os dejo las diez películas del Oeste por las que siento más simpatía (seguramente, las que más veces he visto). Sé que son imperdonables ciertas ausencias (demasiadas; con una lista de treinta títulos probablemente seguiría insatisfecho), pero digo lo de siempre: hay que elegir, y diez no dan para mucho. Es un desafío. No pretendo contentar a nadie con esta lista (tampoco os vayáis a disgustar, amigos): es personal al cien por cien y se basa únicamente en mis gustos y en el cariño que le haya podido tomar a ciertos títulos con el paso del tiempo. Veamos si coincidimos en alguna. Podéis tirar a matar. Cobarde no soy ;-)

  • La diligencia (John Ford, 1939)
  • Río Rojo (Howard Hawks, 1948)
  • El hombre de Laramie (Anthony Mann, 1955)
  • Seven men from now (Budd Boetticher, 1956)
  • Horizontes de grandeza (William Wyler, 1958)
  • Río Bravo (Howard Hawks, 1959)
  • Los siete magníficos (John Sturges, 1960)
  • El último atardecer ((Robert Aldrich, 1961)
  • El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962)
  • El día de los tramposos (Joseph L. Mankiewicz, 1970)















«Solamente hay dos cosas más bonitas que un arma: un reloj suizo y una mujer. ¿Alguna vez ha tenido un reloj suizo?».

(Río Rojo)