viernes, 29 de abril de 2011

Interludio musical #3






"Hurt" (Johnny Cash)

I hurt myself today
To see if I still feel
I focus on the pain
The only thing that's real
The needle tears a hole
The old familiar sting
Try to kill it all away
But I remember everything

What have I become
My sweetest friend
Everyone I know
Goes away
In the end
And you could have it all
My empire of dirt
I will let you down
I will make you hurt

I wear this crown of thorns
Upon my liar's chair
Full of broken thoughts
I cannot repair

Beneath the stains of time
The feelings disappear
You are someone else
I am still right here

What have I become
My sweetest friend
Everyone I know
Goes away
In the end
And you could have it all
My empire of dirt
I will let you down
I will make you hurt

If I could start again
A million miles away
I would keep myself
I would find a way


Desgarrador epitafio de Johnny Cash. Grande hasta el final. Por cierto, aunque no lo creáis (porque parece hecha a medida) esto era una versión. Infinitamente mejor que la original para mi gusto.

domingo, 24 de abril de 2011

Citas y fragmentos #8




«Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.

Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita».





«Al final del vestíbulo había una escalera, y mientras me secaba el sudor de la frente (hasta entonces no advertí el calor que hacía fuera) y miraba, por mirar algo, una pelota de tenis gris colocada sobre un arcón de roble, me llegó desde el descansillo la voz de contralto de la señora Haze, que, inclinada sobre el pasamanos, preguntó melodiosamente: "¿Es monsieur Humbert?" La ceniza de un cigarrillo cayó como rúbrica. Después, la propia dama fue bajando los escalones en este orden: sandalias, pantalones marrones, blusa de seda amarilla, cara cuadrada. Con el índice seguía sacudiendo el cigarrillo».


«Me quedé de pie durante un rato escuchando desde mi elevado saliente aquella vibración musical, aquellos estallidos de gritos aislados con una especie de tímido murmullo como fondo. Y entonces comprendí que lo más dolorosamente lacerante no era que Lolita no estuviera a mi lado, sino que su voz no formara parte de aquel concierto».

Vladimir NABOKOV
(Lolita)


miércoles, 13 de abril de 2011

Mis diez del cine negro


El humo de un cigarrillo serpenteando por la pantalla, una amenazante sombra sesgada que avanza sigilosa por el suelo, ingeniosos y ágiles diálogos tan cortantes como una hoja de afeitar; pistolas, bourbon, puñetazos, bofetadas, sombreros de fieltro, impecables trajes, lujosos vestidos; hombres solitarios de estricta moral, femmes fatales carentes de ella; casinos ilegales en los que siempre suena una pieza de jazz, barras de bar donde ahogar las penas, puertas que se abren y se cierran; violencia, engaño, traición, pasión... y la noche, la noche siempre como telón de fondo, el marco en el que se desarrollan las enrevesadas tramas de estas películas. Film noir, lo llaman. Una forma de rodar, un estilo más que un género, que nos ha regalado innumerables obras maestras.




Ya sabéis que me fascinan las listas (también las ingenuas). Pues bien, me propuse seleccionar mis favoritos de este género presentándolos en dos tandas de diez (menuda osadía, ¿eh?). En esta y en la próxima entrada que dedique al cine os presentaré 20 títulos, imprescindibles para mí, agrupados en dos categorías: cine negro y cine gangster o policiaco. La frontera que los separa es a menudo bastante difusa, de manera que algunos de los títulos podrían permutarse perfectamente; no me importa, la cuestión era tener un poco más de cancha para elegir, y eso hice.

Empezamos con el cine negro propiamente dicho. He aquí mis diez a día de hoy ordenadas según fecha de estreno. Aclarar, eso sí, que ni hablo de ellas en términos de las mejores, ni he visto, por supuesto, todo lo que existe (afortunadamente, aún me queda mucho y muy bueno por descubrir; espero tener tiempo). En fin, oso aventurarme y estas son mis elegidas:

  • El Último Refugio (Raoul Walsh, 1941)
  • Perdición (Billy Wilder, 1944)
  • Laura (Otto Preminger, 1944)
  • Perversidad (Fritz Lang, 1945)
  • Gilda (Charles Vidor, 1946)
  • El Sueño Eterno (Howard Hawks, 1946)
  • Retorno al pasado (Jacques Tourneur, 1947)
  • Noche en la ciudad (Jules Dassin, 1950)
  • Los Sobornados (Fritz Lang, 1953)
  • Chinatown (Roman Polanski, 1972)


► Tema principal de "Laura" (David Raksin, 1944) ◄












sábado, 9 de abril de 2011

De diamantes y estrellas



¿Sabíais que el mayor diamante que se conoce hasta la fecha no está expuesto en ninguna vitrina? Está ahí arriba, sobre nuestras cabezas, ¡y sin alarma que lo proteja! Sus 4.000 kilómetros de diámetro y los 50 años luz de distancia que lo separan de nuestro planeta son dos más que poderosas razones para no temer por su robo. Lo bautizaron Lucy, en honor a aquella psicodélica canción de los años sesenta.

Y es que se cree que el núcleo de toda enana blanca (el último estadio en el ciclo vital de la mayoría de las estrellas de masa intermedia) no es más que una mastodóntica megaestructura de carbono cristalizado, en definitiva, un superdiamante.


Sirio A, en el centro, y Sirio B (enana blanca), debajo y a la izquierda


Para comprender cómo llegó hasta ahí ese diamante, quizá lo más conveniente sea explicar algo acerca de física estelar. Como sabemos, en una estrella existe siempre un equilibrio entre la fuerza gravitatoria, que tiende a colapsarla, y el efecto térmico debido a la fusión nuclear, que tiende a expandirla. Pues bien, cuando la estrella agota todo su hidrógeno mediante la fusión nuclear en helio, este equilibrio se rompe. La gravedad acaba imponiéndose y se genera entonces tanto calor que las capas externas de la estrella se calientan, hinchándose ésta, y dando lugar a lo que se conoce como una gigante roja. Llegado a este punto en el ciclo vital de la estrella (su fin se acerca), el calor generado es tan alto que la estrella comenzará a fusionar el helio en carbono, generándose a partir de ese instante unas olas de energía que acabarán reventando las capas exteriores y haciendo que sólo quede su núcleo: la enana blanca, del tamaño de la Tierra, pero un millón de veces más densa. Y en el corazón de toda enana blanca, un diamante puro de miles de kilómetros de diámetro, fruto de esa segunda fase de fusión nuclear y la elevada presión interna (recuérdese que la primera fase es la que fusiona el hidrógeno en helio).

Esto es, grosso modo, lo que sucede con las estrellas de masa inferior a unas 10 masas solares (lo que le espera a nuestro Sol dentro de unos 5.000 millones de años). Las estrellas masivas suelen tener un final mucho más violento. Otro día os hablo de las explosiones supernova, las estrellas de neutrones y los agujeros negros. Ahora os dejo, no con aquella canción de los Beatles, que resultaría demasiado evidente, sino con esta otra de Pink Floyd que me gusta aún más si cabe. Merece la pena pulsar el 'play' y relajarse un rato (algo más de diecisiete minutos), mientras suena este "Shine on you Crazy Diamond". Inmensa, y no sólo en duración.